Con la previsión de que la población mundial alcance los 9.700 millones en 2.050, la acuacultura deberá aumentar su producción en 30 a 40 millones de toneladas anuales de aquí al 2.030 para mantener el ritmo actual de consumo.
Hoy en día, 3.000 millones de personas en todo el mundo dependen de los frutos del mar como principal fuente de proteína. Sin embargo, un tercio de las zonas de pesca en alta mar tiene sobrepesca en la actualidad y dos tercios se pescan en su rendimiento máximo sostenible.
Solo la acuacultura puede cubrir la brecha. Sin embargo, una restricción importante para el crecimiento de la acuacultura es la dependencia de la industria en los ingredientes marinos que se usan en el alimento, principalmente harina y aceite de pescado, y este último, es crítico. El aceite de pescado contiene ácidos grasos omega 3 clave, del tipo EPA y DHA, que son importantes no solo para la salud y el desarrollo de peces, sino también por el valor nutricional del producto final para el consumo humano.
El aceite de pescado y, en particular, el omega 3 de tipo EPA y DHA, es un recurso natural limitado derivado de la captura de peces azules salvajes, tales como las anchoas, los espadines y los capelanes.
Cada año, aproximadamente 16 millones de toneladas de pescado azul, o 17 % de la pesca mundial, se captura y procesa en unos 5 millones de toneladas de harina de pescado y 1 millón de toneladas de aceite de pescado, de los cuales solo unas 200.000 toneladas se componen de importantes ácidos grasos omega 3 de tipo EPA y DHA. Y alrededor del 75 % de esto se usa en alimento para acuacultura.
Debido a la naturaleza limitada de estos ácidos grasos, la industria del salmón tuvo que reducir su uso para mantener los suministros suficientes para permitir a la industria que continúe creciendo y satisfaga la fuerte demanda de los consumidores de salmón.
Sin embargo, esto llevó a un descenso del 50 % en los niveles de omega 3 de tipo EPA y DHA en filetes de salmón, ya sea de origen noruego, escocés, chileno o tasmaniano.
Esta reducción en el valor nutricional del salmón es una preocupación clave para la cadena de valor. Los consumidores compran salmón por diferentes motivos, pero la motivación clave es, principalmente, su contenido saludable de omega 3.
Hallar fuentes alternativas de estos recursos valiosos de omega 3 es, por ende, una prioridad importante de la acuacultura en general y de la industria del salmón en particular.
Ayudamos a reducir la dependencia de la industria de la acuacultura de los recursos marinos a través de nuestra tecnología Veramaris® y las soluciones nutricionales que permiten el uso de materia prima alternativa en las dietas de acuacultura. Veramaris® produce los dos ácidos grasos omega 3, EPA y DHA, a partir de algas marinas naturales. Nuestra tecnología sostenible puede ayudar a reemplazar los ingredientes a base de pescado para una variedad de especies de acuacultura.
Y lo hacemos a escala: Podemos producir suficiente EPA y DHA para cubrir un 15 % de la demanda anual de la industria global de salmón. Esto es equivalente a la cantidad de omega 3 de tipo EPA y DHA obtenido de 1,2 millones de toneladas de peces salvajes. Para poner esto en perspectiva, la captura anual de peces salvajes en el mar Mediterráneo es de 0,8 millones de toneladas.
Al llevar esta escala a la industria de la acuacultura, reducimos la presión sobre las poblaciones de peces salvajes y ayudamos a mejorar la sostenibilidad de la pesca salvaje y la industria de la acuacultura. A la vez, le permitimos a la industria elevar los niveles de omega 3 de tipo EPA y DHA en el filete para obtener pescados más nutritivos.
También ayudamos a reducir la dependencia de la acuacultura en la harina de pescado, otro recurso marino limitado, que se usa extensamente en el alimento para acuacultura.
Nuestras vastas soluciones de enzima nutricional mejoran la digestibilidad y el valor nutricional de las materias primas vegetales del alimento. A medida que crece la acuacultura, el uso de recursos limitados de harina de pescado está bajo presión y la industria está buscando fuentes de proteínas alternativas altamente digeribles y en altas concentraciones. La industria de la acuacultura busca continuamente las proteínas alternativas, como las proteínas unicelulares, de insectos y plantas. En aguas cálidas, las enzimas nutricionales para la acuacultura permiten una reducción importante de la harina de pescado y un mayor uso de materias primas vegetales alternativas, dando lugar a una mayor flexibilidad en la formulación del alimento y menos dependencia en los recursos marinos.